Hace dos semanas, y sin previo aviso, el Gobierno decidió cerrar estos espacios de encuentro que nuclean a cientos de personas en las distintas bibliotecas de la ciudad.

En medio de la transición y bajo la premisa de la reducción presupuestaria que viene arrasando con la política cultural porteña, los integrantes de los Clubes de lectores de fueron notificados del inminente cierre.

Con esta decisión, no solo se les arrebata un espacio que como integrantes contribuyeron a construir desde hace años, sino que tampoco se les ofrece ningún tipo de explicación ni posibilidad alternativa.

Los miembros de los diversos clubes decidieron buscar las respuestas por eso presentaron sus reclamos a las autoridades del área, especialmente a la Ministra de Cultura, Silvia Fajre, sin obtener más que silencio.

Ante esta situación, han decidido hacer público su petitorio para que la actual gestión garantice la continuidad del proyecto.

Los Clubes de lectura son espacios de encuentro e intercambio que, coordinados por profesionales del área, funcionan desde hace años en el marco de distintas bibliotecas porteñas, financiados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Se trata de un ámbito que congrega a numerosos lectores, a partir de diferentes temáticas o disciplinas: hay clubes dedicados a la literatura argentina, a la latinoamericana, a la ciencia ficción, a la literatura infantil, a la filosofía y a la historia.

A ellos concurren, desde hace años y de manera completamente gratuita, lectores que no acceden a otro tipo de oferta similar, y que han hecho de los clubes de lectura un lugar de encuentro con otros lectores que comparten sus mismas inquietudes y deseos; un lugar donde se aprende y discute colectivamente en relación con el arte y el pensamiento.

En comunicación con el programa radial “El conventillo”, Lorena Arévalos, una de las participantes del Club de Plaza Italia que funciona en la Biblioteca Guido y Spano adelantó que van a continuar con el encuentro previsto para este sábado y que de ser necesario, los realizaran al aire libre.

Esto deja en claro que los lectores están dispuestos a resistir por el espacio de intercambio, diálogo y reflexión que conformaron conjuntamente.