A diez días de asumir como ministro de Educación de la Ciudad, el cuestionado escritor y ex diplomático de la dictadura presentó ayer su renuncia. Los gremios docentes celebraron la dimisión y se mostraron dispuestos a dialogar con el futuro titular del área, Esteban Bullrich.

El gobierno porteño confirmó que Posse será remplazado por el actual diputado Esteban Bullrich, quién junto a su equipo pedirá licencia en la Cámara para poder asumir frente a la cartera de Educación. Bulrich “deberá demostrar que escuchó las miles de voces y reclamos que exigen un cambio en la política educativa de Macri, como también en lo cultural y social”, señalaron los legisladores.

La designación de Posse había sido repudiada por los todos gremios docentes, los legisladores de la oposición, movimientos políticos y de Derechos Humanos a raíz de las vinculaciones del ex funcionario con la última dictadura militar y sus declaraciones contra las garantías constitucionales y las conductas juveniles.
La legisladora del Encuentro Popular para la Victoria, Gabriela Alegre, consideró que la renuncia del ex ministro de Educación porteño se constituyó en "un triunfo de los valores democráticos en la Ciudad".

Al finalizar la conferencia de prensa que brindaron los organismos de derechos humanos, los sindicatos y los movimientos sociales, el dirigente de CTERA, Francisco “Tito” Nenna dijo que “la democracia le ganó al fascismo”, y remarcó que “la unidad de los sectores populares hizo retroceder a los que creen que los represores de la dictadura no deben ser enjuiciados”.
La baja de Posse representa otro duro revés para el PRO, que en sus dos años de gestión ya tiene el récord de renuncias y  un fortalecimiento para  la oposición que logró coincidir en el rotundo rechazo a la designación del polémico escritor. Alegre, remarcó que “Macri debió retroceder una vez más ante la presión de miles de vecinos de nuestra ciudad que rechazaron su política educativa oscurantista y antidemocrática”, lo que marca un camino a seguir “porque demuestra lo que podemos lograr cuando nos juntamos todos los sectores populares y democráticos, dejando de lado diferencias coyunturales”.

Posse admitió que presentó la renuncia ante el “muro” que le habían levantado los gremios docentes, pero sostuvo que no estaba arrepentido “en absoluto” de sus expresiones y que decidió irse porque no quiere ser “un héroe solitario frente a otros políticos que solo piensan en 2011”.

El legislador kirchnerista, Juan Cabandié, consideró que Posse "representa el pensamiento profundo del PRO, autoritario, poco tolerante y sumamente antidemocrático" y aseguró  "seguir de cerca la cuestión educativa en la ciudad", debido a que en 2008 "sólo se gastó el 20 por ciento del presupuesto destinado a construcción y refacción de escuelas".

En el mismo sentido,  Alegre señaló que  "más allá de los personajes, lo que siguen es la crisis del sistema educativo de la Ciudad, donde el presupuesto del área favorece al sector privado en detrimento del público, no prevé aumentos salariales ni obras de infraestructura".

Para concluir, la legisladora agregó que "haber sido capaces de provocar la salida de Posse del Ministerio de Educación es una muestra de la madurez de nuestra sociedad en cuanto al respeto de los derechos humanos, que hoy son un consenso compartido por la mayoría, producto de la lucha de más de treinta años de los organismos de derechos humanos y en la cual no estamos dispuestos a retroceder".