Los nuevos test se suman a los controles de alcoholemia que funcionan en la ciudad desde el año pasado.  En primera instancia, los conductores deberán someterse a  un control de la pupila y si esta prueba resulta positiva, inmediatamente se les realizará un test de saliva.

Este último  test  funciona a través de una tira reactiva que los conductores deberán mantener en la boca durante unos segundos  para determinar la presencia de sustancias ilegales.

Aunque el test también detecta la presencia de drogas legales que afectan el sistema nervioso central, sólo se focalizará en la presencia de marihuana, cocaína y éxtasis con el objetivo de prevenir accidentes viales por los efectos que causan estas drogas: dificultad en la coordinación, velocidad de reacción, visión nublada, distorsiones de espacio, tiempo y lugar, entre otros.

La pena para estos casos será la misma que para alcoholemia: además del secuestro del auto, una multa de entre $200 a $ 2.000 o 1 a 10 días de arresto pero a diferencia del primero, donde se permite hasta 0,5 de alcohol en sangre, en los controles de drogas no habrá una concentración tolerada: la mera presencia de la sustancia impedirá que los conductores sigan manejando.

Durante el primer  fin de semana,  se detectaron dos casos de conductores que habían consumido cocaína y éxtasis.  A ambos se les retuvo el vehículo y se le aplicó  la correspondiente sanción y el descuento de puntos del scoring.

Los dos primeros casos positivos de estupefacientes en conductores que transitan por la ciudad fueron detectados en la posta ubicada en Rafael Obligado y Pampa, Costanera Norte.

En el operativo, que se desarrolló desde la medianoche del sábado hasta las 7 del domingo, los agentes "inspeccionaron a 68 conductores, de los cuales dos resultaron positivos al examen de saliva que detectó la presencia de estupefacientes (mezcla de cocaína y éxtasis) y tres al alcoholemia", precisaron en un comunicado.