• La oleada de desalojos que sufrió La Boca durante el ’97 hizo que el barrio se declare en “emergencia habitacional”. Muchas de las familias que fueron arrojadas a la calle pertenecían al comedor. Mediante movilizaciones, cartas, pedidos de audiencia con autoridades del Gobierno porteño y hasta una toma pacífica del Centro de Gestión y Participación -realizada dos días antes de la Navidad de 1998- lograron que la Comisión Municipal de la Vivienda les otorgue cinco modestísimas casas, en las que actualmente viven más de veinte familias del comedor.

• Como la mayoría de los integrantes del comedor tiene un oficio, decidieron aprovechar esas habilidades para generar micro emprendimientos, que algunos denominan “mini micro emprendimientos”. Se trata de proyectos de dos o tres familias que intentan lograr una economía de subsistencia a través de la elaboración de dulces caseros, tarjetas para fin de año o comida para eventos deportivos. El dinero que se recauda se reparte entre quienes llevan adelante “la empresa”.

Mariana Comolli