El recorrido de 5 km arrancará a las 10 en el Barrio Carlos Mugica, continuará por Puerto Madero, la Villa Rodrigo Bueno, y finalizará en el Isauro Arancibia, donde se realizará un Festival Cultural desde las 13.
Cada una de las postas del recorrido evidencia no sólo la falta de políticas públicas en vivienda sino el avance del gobierno frente a este derecho inalienable en pos de la especulación inmobiliaria. En la villa 31, el macrismo y sus aliados impulsan un proyecto para ampliar la Autopista Illia que afectaría a más de cien familias sin contemplar su relocalización e incumpliendo la Ley 3.343 de Urbanización.
En contraste con el déficit habitacional, en la zona de Puerto Madero 7 de cada 10 viviendas están deshabitadas. En el caso del barrio Rodrigo Bueno, el plan de vivienda no contempla a todos los habitantes ni su participación en el proceso de Urbanización pero si asegura el negocio de IRSA en los terrenos lindantes.
Por último, luego de invertir 14 millones de pesos en la remodelación del edificio del Isauro Arancibia, el Gobierno porteño vuelve a la carga con su demolición para avanzar con la traza del Metrobús.
La Maratón está enmarcada en la Campaña Por Una Ciudad Más Justa que llevan adelante diferentes organizaciones y espacios académicos y de derechos humanos para articular sus miradas acerca de cómo lograr de una ciudad más equitativa, sobre todo en materia de vivienda y hábitat.
Los organizadores denuncian que en la ciudad hay 16 mil personas en situación de calle y la cantidad se acrecienta año tras año por el aumento de los desalojos y el incremento de los precios de los alquileres.
Unas 300 mil personas viven en villas y asentamientos informales. Esto implica que el 10% de la población total vive en las 15 villas, 24 asentamientos y 2 núcleos habitacionales transitorios de la ciudad.
El 40% de esta población además alquila su vivienda de manera precaria.
Se calcula que hay 341.000 viviendas vacías en Buenos Aires y que los hogares con necesidad de vivienda digna son 173.000.
1 de cada 3 habitantes de la ciudad es inquilino, y destina en el pago del alquiler más del 30% de su salario, debiendo afrontar incrementos de hasta un 25% cada seis meses y desembolsando altísimas sumas para ingresar en un nuevo alquiler.
Desde el 2007, el presupuesto anual que el Gobierno porteño destina a vivienda disminuyó de un 3,5% del total a un 2,4%, y entre esos mismos años se subejecutaron fondos destinados a la política habitacional por más de mil millones de pesos.
El precio del metro cuadrado en dólares se incrementó de 1.400 en 2007 a más de 2500 en 2016, lo que deja en evidencia que la vivienda en C.A.B.A. es un negocio y no un derecho de sus habitantes.
