La situación de los vecinos de Villa Oculta se dio a conocer en la audiencia pública convocada por las autoridades parlamentarias en torno a la ejecución de la ley impulsada por el Ejecutivo para regularizar las normas urbanísticas de los terrenos de Piedra Buena al 3200 y habilitar así la construcción del Ministerio de Desarrollo Humano.
Si bien el proyecto oficial contempla la demolición del “Elefante Blanco”, el inicio de la obra está demorado dado que en los alrededores de la vieja construcción habita un grupo de familias con las cuales hay una mesa de diálogo para arribar a un consenso.
Desde junio está vigente una orden judicial que advierte al Gobierno de la Ciudad que se “abstenga de llevar adelante cualquier medida de desalojo individual o colectivo en el predio” mientras se desarrollen las conversaciones.
Con este escenario, los vecinos concurrieron a la Legislatura para expresar sus críticas al proyecto y denunciar también algunos “aprietes” para dejar sus viviendas.
“Es injusto lo que están haciendo con nosotros. Van a gastar mucho dinero en esta obra, pero nunca se pusieron a pensar en los vecinos”, afirmó Romina Vargas, delegada; en tanto que Roberto Castel contó: “Durante quince años me maté laburando y lo que están ofreciendo para que nos vayamos es muy poco. Se están olvidando de nosotros”.
“La gente no se opone a las mejoras en el barrio, pero sepan que están haciendo las cosas mal a través de aprietes”, informó Jorge Romero, sacerdote del barrio, durante la reunión ante la presencia de legisladores del oficialismo y la oposición, pero también de dos funcionarios de la cartera de Desarrollo Urbano.
En tanto, el director de Planeamiento Urbano porteño, Mariano Orlando, aseguró en la Legislatura que el proyecto apunta a “modificar la normativa, promueve la relocalización del Ministerio de Desarrollo Humano y reconvierte la actual situación del edificio del Elefante Blanco”.
Luis Yrigaray, director de Antropología Urbana, aseguró que la iniciativa para emplazar allí una sede ministerial “va a beneficiar a todo el barrio” porque serán “unos 1.150 empelados que irían ahí a trabajar todos los días, sumados a otros tantos visitantes que concurrirán a realizar trámites”.
El funcionario indicó que llevó adelante un “estudio antropológico” sobre 340 casos en los que se consultó a los vecinos de Ciudad Oculta sobre la percepción del barrio y si el edificio del “Elefante Blanco” representaba para los encuestados un “elemento identitario y se notó que no” de acuerdo a las respuestas obtenidas.
“Vamos a esperar la definición de la justicia para ir avanzando con las obras”, precisó el diputado del PRO Maximiliano Sahonero, al tiempo que la legisladora María Rosa Muiños, del bloque peronista, sostuvo que “el proceso tiene desprolijidades que hay que zanjar para que todas las familias puedan tener un techo digno”.
El defensor público Ramiro Dos Santos Freire, que asesora a los vecinos, consideró que “es necesario que cualquier proyecto tenga como prioridad a las familias”.
Fuentes del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat indicaron que en la mesa de trabajo que hay con los vecinos “hay un buen diálogo basado en el pleno entendimiento de sus necesidades pero sobre todo en el convencimiento de que pueden vivir mejor”.
“Las familias se han mostrado bien predispuestas, por lo que estamos confiados que pronto vamos a poder comenzar con las tareas de demolición”, consignaron.
Fuente: Télam
