En 15 días llegará al país una delegación china, la Corporación Río Perla, con experiencia en saneamiento de cursos contaminados, que estudiará la posible limpieza de las cuencas de los ríos Matanza-Riachuelo y Reconquista.

Si bien el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, anunció la decisión de terminar con la contaminación del Riachuelo no habló de plazos ni de inversiones, que de concretarse provendrían de grupos privados.

En 1993, cuando la funcionaria menemista María Julia Alsogaray era secretaria de Recursos Naturales, la Argentina obtuvo un préstamo del BID de 250 millones de dólares para que de una vez por todas se limpie el Riachuelo.

Unos 35 millones fueron utilizados por el Comité Matanza-Riachuelo para las consultoras que hicieron el diagnóstico de la contaminación y para la limpieza de la superficie del río.

El resto de ese crédito internacional, después de la crisis que vivió la Argentina en 2001, fue redirigido hacia el área social durante la presidencia de Eduardo Duhalde.

La contaminación del Riachuelo es provocada principalmente por las industrias ubicadas a orillas de la cuenca, las que sin control arrojan sus residuos químicos al río.

Como resultado, miles de hombres, mujeres y niños que viven en la localidad bonaerense de Avellaneda y en los barrios porteños de La Boca y Barracas sufren afecciones respiratorias u otras enfermedades sanguíneas producto de la contaminación del aire, el agua y la tierra.